Ganancias.
Era tarde y el infierno se enfriaba…
Era yo quien lloraba en silencio mientras paseaba en la calle oscura de un dolor colectivo.
Salio de la nada, es como si saliera también de todas partes, se paro frente a mí clavando su mirada en mi alma quebrantada…
Quise huir, me detuvo, quice gritar, tapo mi boca, quise creer, apago mi fe.
Le brotaron alas negras, sentí miedo y llore sangre, sangre que corría por mis mejillas, el las seco con su lengua, saboreaba mi esencia, lamía mi cuello. Juro que quise huir, pero no pude…
Me susurro al oído: quieres volar?
Le conteste sin hablar, sus alas negras se hicieron diferentes, eran enormes, el resplandor de la luna las hacían sublimes. Nos elevamos despacio en total y envidiable silencio, mientras contemplaba con disimulo como el viento jugaba con su abundante y oscura cabellera, volamos como pluma sobre el mar, yo temí caer, el me abrazo.
Sus brazos en mi me hicieron estremecer, aterrizamos en la playa oscura a la que nunca había ido pero conocía muy bien…
Nuevamente intente huir, esta vez no me detuvo con sus brazos, solo me miro, me miraba como si pudiera leer mis pensamientos…
El sabia perfectamente bien que no quería huir, el conocía mis ganas de escapar de la maldita realidad, había saboreado ya mi sangre, conocía ya mi dolor.
Note k había perdido mis zapatos en el viaje, aliñe mi vestido negro, se paro detrás de mi, abrazo mi cintura, beso mi cabello, yo solo me estremecía, repentinamente mordió muy fuerte mi cuello, sentí como se bebía parte de mi vida, fue realmente una experiencia inexplicable, me envolví en un éxtasis enloquecedor, las gotas de sangre manchaban mi piel, bruscamente se retiro, yo caí al suelo totalmente extasiada.
Perdí el control de mi misma, solo escuchaba el canto impecable del mar, con sus olas majestuosas, oía también la burla del viento me propuse levantarme, abrir los ojos, hablar, no pude, senti algo pesado que me lo impedía.
Escuche que me decía algo, mas no podía entenderle, al fin pude abrir los ojos al verlo parado frente a mi, extendí mi mano para que me ayudara a levantar pero no lo hizo, se recostó mi lado, nos pusimos de lado, quedando frente a frente, limpie los restos de sangre de su boca, contemple su oscura mirada.
Se balanceo sobre mi, ya no tenia las alas visibles, me beso suavemente el cuello y volvió a morderme, era un dolor delicioso que me enloquecía, acaricié su pelo, gemía muy fuerte de dolor y de placer, creo que mis gemidos lo exitaban arranco mi vestido con furia y rodamos en la arena…
Cuando reaccione me descubrí acostada sobre mi desnudez, sentí vergüenza, pero mi vista no encontró a mi ángel caído, lo peor es que tampoco encontré mi vestido!!
Quise escapar para ocultar mi desnudez, no encontré modo alguno
Escuche una voz: porque te escondes alma indefensa??
-no me escondo, respondí.
Era mi ángel que había vuelto, me veía fijamente, mientras yo trataba de tapar mi cuerpo, desnuda, agachada en la arena con cara de vergüenza, me dijo que me levantara, le obedecí, tomo mi mano abrió sus hermosas alas negras y nos volvimos a elevar en esa oscuridad que abarcaba el cielo, a lo lejos nos veía la luna, volamos sobre el mar, yo completamente dormida, el, totalmente en silencio, nos detuvimos en medio del mar, amenazo con soltarme, rogue por mi vida, pero todo fue en vano…
Me soltó y cai sin mas sobre el mar, grite, pataleaba pero solo me hundía, me sumergía involuntaria en esa salada profundidad, no comprendía como podía seguir respirando, me sentía como un pez, sin necesidad de oxigeno, que tonto pensar, que dure toda mi vida temiéndole al mar y el día que caigo en el no consigo ahogarme.
Pero a pesar de todo tenia miedo, estaba sola bajo el mar, pero mas miedo tuve al ver que en mis brazos y piernas crecían verdes escamas, grite, pero note que había perdido la voz, cerré los ojos para mitigar mis temores hasta que alguien me topo, era una sirena, con una melena rubia y larga, me sorprendí al verla, ella me guió hasta la superficie, donde me esperaba mi ángel…
Me saco del agua, me tomo en sus brazos y me regreso a la playa, donde me dijo: ahora si puedes vestirte, a lo que me negue, no se porque pero prefería permanecer desnuda, me sentía muy cómoda así.
El sugirió: ponte el vestido, ya no lo necesitas, no entiendo, le dije.
-Es que el mar lavo tus escamas
_Escamas?
_ Si, tu prejuicio, tu hipocresía y tu vergüenza, son escamas que no permiten que te veas tal cual eres.
_Debo irme, le dije
_Lo se
_Llévame
_No.
Llore desesperada, temí no volver a mi hogar…
Fue cuando abrí los ojos y me vi acostada…
Había sido un sueño!
Mire el reloj, vi que aun podía dormirán rato mas, era domingo y no había que trabajar, sentí alivio al descubrir que solo soñaba… y luego tristeza porque no volvería a volar en alas de ese misterioso y bello ángel.
Fue cuando vi sobre mi cama 3 plumas negras, las tome con asombro, eran de mi ángel! Tenían restos de arena y olor a mar, las abrace fuerte contra mi, sentía miedo y alegría, nadie creería que un ángel me llevo a volar.
Pero mayor sorpresa me lleve, cuando al mirar al techo vi con letras de sangre…
GRACIAS POR HABERME REGALADO TU ALMA, CIERRA LOS OJOS Y ENTENDERAS TU SUERTE.
Al cerrar mis ojos, pude ver que estaba mi cuerpo inerte y frio sobre un ataúd, alrededor muchos mortales lloraban su desgracia, no la mía, yo (jajaja) estaba de manos con mi maligno amor.
Ganancias
El lado Dulce del Mar
Lissbeth