Yo he querido y hasta lo he intentado, imitar aquellas caecajadas destartaladas y repentinas, envolverme con colores brillantes , miral el sol, cegarme y caer en trampas...
Yo intente tener una melena de oro, una agula ancha que soportara mi teatro...
Pero la locura me devolvio la vista, me aislo de la luz y me sento en la sombra, callada y sigilosa, viva sin mucho ruido...
Contando estrellas en el cielo, contando los minutos prestados haciendome eterna (sin mucha bulla) construyendo marionetas de papel.
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