
Con el entusiasmo de un cachorrito hambriento, me comi tus quimeras, como regalo de navidad supe bien envolverme en tus palabras.
Volvi a desperdiciar mi fe en un mortal, ahora sangra herido mi orgullo, mientras, declama la conciencia sus poemas acusadores...
La razon, analiza los hechos y el corazon que en estado de coma no entiende el bullicio a su alrededor.
Por mi parte, seguire llorando de rabia y dolor al tiempo que consumo todos los cigarrillos loghts a mi alrededor, esperando paciente que la muerte toque a mi puerta, para alegremente triste, abamndonarme a sus brazos.
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